Evaluación de traducciones en contextos académicos

Evaluation of translations in academic contexts

Recibido: 14/06/2021 | Aceptado: 22/08/2021 | Publicado: 19/09/2021

Lic. Yunet Mendez Caballero. Profesora Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana. yunetmendez3@gmail.com. ORCID https://orcid.org/0000-0002-6215-8589

Resumen:
La evaluación de traducciones no es algo reciente. Aunque inicialmente se asociaba con la valoración de traducciones de textos sagrados, actualmente se divide en tres áreas: evaluación de traducciones publicadas, la evaluación del trabajo de traductores profesionales y la evaluación en la enseñanza de la traducción. En dependencia de cada una de estas áreas se persiguen objetivos distintos y por tanto, el análisis se concentra en aspectos diferentes. En el presente artículo se hará referencia, primeramente, a los tipos de evaluación que existen atendiendo a su función, y posteriormente, se abordarán aspectos relevantes en la evaluación de la calidad de las traducciones en contextos universitarios, como son la competencia traductora y algunas clasificaciones sobre los errores de traducción. Se presentarán algunas de las clasificaciones de error de traducción que han propuesto distintos autores y que pueden utilizarse para evaluar el desempeño de los estudiantes en la enseñanza de la traducción.
Palabras claves evaluación de traducciones; enseñanza de la traducción, competencia traductora, problema de traducción; error de traducción
Abstract:
Translation evaluation is not a recent development. Although initially associated with the evaluation of translations of sacred texts, it is currently divided into three areas: evaluation of published translations, evaluation of the work of professional translators, and evaluation in translation teaching. Depending on each of these areas, different objectives are pursued and, therefore, the analysis focuses on different aspects. This article will first refer to the types of evaluation that exist according to their function, and then will deal with relevant aspects in the evaluation of translation quality in university contexts, such as translator competence and some classifications of translation errors. Therefore, some of the translation error classifications that have been proposed by different authors and that can be used to evaluate the performance of students in translation teaching will be presented.
Keywords: translation evaluation; translation teaching, translation competence, translation problem; translation error.


Introducción
La evaluación de traducciones no es un fenómeno nuevo, de hecho, ha tenido su desarrollo y evolución con el paso de los años. Si bien durante mucho tiempo fue una actividad muy subjetiva, en los últimos años se ha inclinado más hacia el uso de sistemas más objetivos de evaluación, que abarcan desde simples escalas hasta modelos muy sofisticados. Horguelin (1985) señala al Congreso de la Federación Internacional de Traductores (FIT) en 1959 como un punto de inflexión en los análisis sobre la calidad de las traducciones. De acuerdo con Horguelin (1985), este congreso contribuyó a que se resaltara la importancia del propósito de la traducción al analizar la calidad de las traducciones.
La evaluación de traducciones, se ha centrado en tres áreas principales: la evaluación de traducciones publicadas, la evaluación del trabajo de traductores profesionales y la evaluación de traducciones en contextos académicos.
La evaluación de traducciones publicadas hace referencia a textos literarios como poesías, novelas, y a textos sagrados, cuyas traducciones tradicionalmente han sido analizadas y evaluadas. De acuerdo con Martínez y Hurtado (2001), en ocasiones esto implica la evaluación de una sola traducción de un texto o la comparación de varias traducciones de un mismo texto. Martínez y Hurtado (2001, p. 273) consideran que el propósito de este tipo de evaluación “istojudge a translation, todiscussitsmerits and demerits, and, sometimes, toproposesolutions.”
La evaluación del trabajo de traductores profesionales persigue valorar las capacidades del traductor por motivos laborales, por ejemplo, como parte de su proceso de contratación para incorporarse a una empresa profesional de servicios de traducción, entre otros. Este tipo de evaluación se realiza por parte de empresas o compañías de traducción o por organizaciones internacionales.
La evaluación de traducciones en contextos académicos, por otro lado, tiene como objetivo valorar el desempeño de los estudiantes y el progreso alcanzado por estos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y por tanto, es el profesor quien está a cargo de la evaluación. Esta es precisamente el área a la que haremos referencia. Por lo tanto, en este artículo haremos referencia a aspectos como la evaluación en contextos educativos, y en especial en la enseñanza de la traducción. Además, se explicará qué se evalúa en los estudios sobre la traducción, y se mostrarán algunas de las clasificaciones que existen sobre errores de traducción, ya que estos desempeñan un papel muy importante en la valoración de la calidad de las traducciones.

Materiales y métodos.
Para cumplir con el objetivo de esta investigación, la autora ha utilizado determinados métodos científicos.
El método analítico-referativo fue determinante para realizar el análisis crítico de la bibliografía relacionada con los temas de la evaluación, la evaluación de traducciones y las clasificaciones de errores de traducción. El análisis histórico-lógico sustentó el estudio de las diversas teorías sobre la didáctica de la traducción y el papel que desempeña en ello la calificación y evaluación de traducciones. Además, fue utilizado por la autora el método de análisis- síntesis para definir las bases teóricas que sustentan esta investigación.
A través del método inducción-deducción se llegó a las conclusiones parciales y generales sobre el tema de este artículo.

Resultados y discusión.
Evaluación
En todo proceso educativo tiene gran relevancia la evaluación, no solo para comprobar el resultado final de la formación de los estudiantes, sino también para conformar y estructurar el proceso de aprendizaje. Al respecto plantea (Villardón, 2006, p. 59) que ya existen “aproximaciones evaluativas que promueven el aprendizaje del estudiante, dentro de la cultura de la evaluación para el aprendizaje”. La evaluación ha pasado entonces a ser una parte más del aprendizaje y se ha alejado de la forma tradicional en la que solo se evaluaban los resultados finales. Ante este nuevo enfoque considera (Delgado et al., 2005) que se debe prestar atención a los tipos de actividades evaluativas que se emplearán y a la importancia que reviste la transmisión clara de información a los estudiantes acerca de los objetivos, tipos de actividades evaluativas y los criterios de calificación y evaluación.
Atendiendo al momento en que se aplica y a la finalidad que persigue, existen tres tipos de evaluación: diagnóstica o inicial, formativa o continua y sumativa o final.
La evaluación diagnóstica o inicial se realiza al inicio del aprendizaje y con esta se persigue identificar las fortalezas y debilidades de los estudiantes, sus competencias y habilidades ya adquiridas y aquellas que aún no poseen. Este tipo de evaluación contribuye a la estructuración del proceso educativo sobre la base de las características reales de los estudiantes. El propósito de este tipo de evaluación no es asignarles notas a los estudiantes, sino identificar sus características y el conocimiento previo que ya dominan. Se puede llevar a cabo a través de cuestionarios, tareas relacionadas con los contenidos que deben recibir, preguntas orales y discusiones en pequeños grupos o entre toda la clase.
La evaluación formativa o continua tiene como principal objetivo la obtención de información sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta permite al profesor apreciar el desempeño de los estudiantes, valorar si las actividades y contenidos impartidos son suficientes para cumplir con los objetivos trazados. Asimismo provee claridad al profesor acerca de aspectos como la dificultad de los ejercicios y actividades, si son adecuadas las dinámicas de clase o es más conveniente indicar actividades que deben ser realizadas de manera independiente. De acuerdo con Elena (2011, p. 176) “el éxito de la evaluación continua es directamente proporcional a la personalización del retorno que el estudiante recibe del profesor sobre el trabajo que ha realizado”. De ahí que sea tan importante mantener siempre una retroalimentación entre profesores y estudiantes que asegure que estos últimos estén informados sobre sus errores y aciertos, y puedan estar al tanto de su propio desempeño.
La evaluación sumativa o final, es la que se realiza al finalizar una unidad o asignatura y tiene como objetivos determinar si se logró alcanzar los objetivos trazados y evaluar el conocimiento adquirido. De acuerdo con Delgado et al. (2005) este tipo de evaluación no contribuye a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje pues se aplica cuando este proceso ya ha terminado. Asimismo señala que los instrumentos utilizados para la evaluación sumativa generalmente son preguntas de desarrollo, resolución de casos prácticos, pruebas de elección múltiple de verdadero o falso, entre otros.   
Evaluación en la enseñanza de la traducción
En contextos académicos en los que se enseñanza a traducir el principal objetivo es que los estudiantes desarrollen la competencia traductora, de ahí que las actividades evaluativas que se realizan busquen valorar el avance que los aprendientes han tenido en la adquisición de la competencia traductora.
Sobre la competencia traductora son varios los autores que la han definido y ofrecido modelos que incluyen las subcompetencias que la integran. De las diversas propuestas queremos resaltar la del Grupo Pacte (2003), ya que es una de las más conocidas, y además porque se basa en años de estudios empírico-experimentales acerca de su proceso de adquisición. Según Pacte (2003), la competencia traductora es un conocimiento experto y se compone de cinco subcompetencias y de componentes psicofisiológicos. Las subcompetencias que la integran son la bilingüe, la extralingüística, la instrumental, la de conocimientos acerca de la traducción y la estratégica. PACTE (2005) resalta que la más importante de las subcompetencias es la estratégica, ya que esta contribuye a planificar el proceso relacionado con la ejecución de un proyecto de traducción, a la vez que activa las diferentes subcompetencias a medida que identifica los problemas y los procedimientos para solucionarlos.
Los problemas de traducción desempeñan un papel importante en la enseñanza de la traducción y en la actividad traductora en general, ya que su identificación temprana ayuda a evitar que se cometan errores que afecten la calidad de las traducciones.
Una de las autoras que ha tratado el tema de los problemas de traducción en sus obras es la profesora y traductora alemana Christiane Nord. Según esta autora, el problema de traducción es “un problema objetivo que todo traductor (independientemente de su nivel de competencia y de las condiciones técnicas de su trabajo) debe resolver en el transcurso de una tarea de traducción determinada” (Nord 1988a /1991, p. 151, citada en Hurtado, 2001, p. 282).
Nord (1988a/1991) identifica los siguientes problemas de traducción: pragmáticos, culturales, lingüísticos y específicos de un texto. Esta autora ha vinculado su clasificación a la enseñanza de la traducción y ha resaltado la importancia de analizar los problemas existentes en cada tarea de traducción antes de comenzar a traducir, ya que esto permite que se preste atención a fragmentos o elementos del texto que suponen una mayor complejidad, y se evite de esta forma la comisión de errores que afecten la calidad de las traducciones.
Error de traducción
El término error usualmente significa que existe algo incorrecto. En el caso del error de traducción este surge a partir de la relación que se establece entre el texto de partida y el texto de llegada y que por alguna razón resultó afectada.
La traducción es el resultado de situaciones comunicativas que surgen sobre la base de ciertas condiciones pragmáticas como el emisor, el receptor, momento, lugar, objetivo de la traducción, así como por las normas culturales e idiomáticas específicas del texto de llegada y del texto de partida. Es por ello que el error de traducción se manifiesta cuando algo no transcurrió correctamente entre el texto de llegada y el texto de partida.
En la enseñanza de la traducción, ya que este es un saber básicamente operativo, la evaluación del desempeño de los estudiantes se hace a partir de la calificación de tareas y encargos en los que los estudiantes generalmente deben traducir un texto. Es aquí entonces donde los errores de traducción desempeñan un papel determinante, ya que aunque muchos autores abogan por bonificar con puntos los aciertos, generalmente la evaluación de traducciones se concentra en identificar los errores que se cometieron en la traducción.
Los errores de traducción pueden originarse al no entender correctamente el encargo de traducción, o el contenido del texto de partida, al no utilizar correctamente las normas de la lengua del texto de llegada, al no lograr cumplir adecuadamente con la función del texto de llegada o no trasmitir el sentido que se pretendía con el texto de partida. Sin embargo, qué constituye un error de traducción, varía de acuerdo a las diferentes teorías y normas de la traducción. De modo general Hurtado (2001, p. 291) propone como definición de error de traducción: “una equivalencia inadecuada para la tarea traductora encomendada”. 
La noción de falta según Delisle
Delisle (1993) aunque no utiliza el término error, sino falta, es uno de los autores que clasifica los errores de traducción basándose en las faltas de lengua y las faltas de traducción. Estas son categorías utilizadas por aquellos que se concentran en analizar los errores en dependencia de la fase del proceso del proceso traductor en que ocurren, ya sea en la fase de comprensión o en la de reexpresión.
Los errores de lengua, son aquellos que se manifiestan en el texto de llegada y que denotan algún desconocimiento de la lengua de llegada. El error de traducción, en cambio, se manifiesta en el texto de llegada pero se origina a causa de una interpretación equivocada de un segmento del texto de partida. Como clasificaciones de estos tipos de errores Delisle (1993) propone, entre otros, el falso sentido, el contrasentido y el sinsentido. 
A pesar de que la clasificación presentada por Delisle ha recibido críticas a causa de lo difícil que es en ocasiones encontrar las fronteras entre uno y otro tipo de error, su propuesta ha sido utilizada por muchos, sobre todo en el ámbito de las lenguas español y francés.
La noción de error según Palazueloset.al.
La clasificación de error propuesta por Palazueloset.al.(1992)se basó en los errores cometidos por los estudiantes de la Universidad Católica de Chile. Ellos diferencian entre los errores de habla (en la producción de textos) y errores de traducción (en la reproducción de textos). Los errores de habla son aquellos que no están relacionados con la actividad traductora, mientras que los errores de traducción surgen durante el proceso de traducción.
Palazueloset.al. (1992) proponen como definición de error de traducción: “Cualquier falta o no cumplimiento con el saber (deber) reproducir, en una lengua de llegada, el contenido textual dado en una lengua fuente” (Palazuelos et. al., 1992, p. 68, citados en Parra 2005, p. 80).
Para identificar los errores de traducción, Palazueloset.al. (1992) se enfocan en la comparación entre el texto de partida y el texto de llegada. Ellos proponen varios tipos de relaciones entre el texto de partida y el texto de llegada: 1) sentido equivalente, (no hay errores); 2) sentido diferente; 3) sentido ininteligible; 4) sentido ampliado; 5) sentido restringido; 6) sentido emparentado. En el caso de este último y según Martin (2005) no se propone ningún ejemplo que pueda esclarecer qué exactamente es el sentido emparentado.
Sobre esta propuesta de Palazueloset.al. (1992) considera Waddington (1999, p. 47) que “formulan su taxonomía dentro de un marco demasiado limitado: el concepto de la traducción como producto y no como producto y proceso; el concepto de la evaluación como la comparación de equivalencia entre dos productos” y que “tampoco explican la relación entre los errores de lengua y los errores de traducción. Reconocen que los dos existen en las traducciones, pero descarta los errores de lengua de su estudio por no ser de reproducción” (íbidem).
La noción de error según House
En 1977 House propone su modelo para la evaluación de traducciones, en el que plantea que la traducción es la sustitución de un texto en lengua original por un texto equivalente a nivel semántico y pragmático en la lengua meta y resalta además que la esencia de la traducción es la conservación del sentido a través de dos lenguas.
Además de establecer una distinción entre error de traducción y error de lengua, a partir de su modelo en el que distingue entre traducción encubierta y traducción patente, distingue también dos tipos de errores: encubiertos y patentes, que según Hurtado (2001, p. 295) “vehiculan consideraciones funcionales”. 
De acuerdo con House (1977), el traductor debe tratar de lograr que la traducción tenga una equivalencia funcional igual que el texto original. Cuando esto no se logra, entonces se produce un error encubierto (covertlyerroneous error). Los errores patentes (overtlyerroneuos error), en cambio, son aquellos que probablemente son el resultado de una deficiente competencia lingüística y que “derivan de la falta de equivalencia denotativa entre elementos del texto original y del texto de llegada o de transgresiones en la lengua de llegada” (Hurtado 2001, p. 296). Entre estos errores están las “(omisiones, adiciones y substituciones), como así también los errores gramaticales o de transgresión de las normas de la LM (lengua meta) (normativa, gramática, etc.)” (Firmenich, 2014, p. 34).
La noción de error según Kupsch-Losereit
Según Nord (1989), Kupsch-Losereit es la primera en aportarle un enfoque funcionalista al análisis del error en traducción.  Sobre la traducciónestaautoraconsidera: “A meaningful assessment of any translation must accordingly be based on the analysis and comparison of an ST and a TT, both of which should constitute the realization of a specific equivalent text function in a communication situation (for instance, cultural norms, stereotypes, geographical, historical and institutional aspects)” (Kupsch-Losereit, 1985, p. 170, citada en Waddington, 1999, p. 49).
Para esta autora, la definición de error de traducción no puede limitarse al nivel lingüístico, sino que hay que tener en cuenta el contexto en que se utiliza la traducción.
La autora define el error de traducción como una transgresión: 1) a la función de la traducción; 2) a la coherencia del texto; 3) al tipo o forma textual; 4) a las convenciones lingüísticas; 5) a las convenciones y condiciones culturales y las específicas de la situación comunicativa; 6) al sistema lingüístico (Kupsch-Losereit 1985, p. 172, citada en Hurtado, 2001, p. 296).
La noción de error según Christiane Nord
Christiane Nord, defensora del enfoque funcionalista en la traducción define el error de traducción como “un no cumplimiento de una exigencia indicada en el encargo de traducción y como una solución inadecuada a un problema traslativo” (Nord, 2018, p. 95).
Nord (2018, p. 96), partiendo de su definición de problemas de traducción, nos ofrece su clasificación de errores de traducción:

  1. Errores pragmáticos: se deben a soluciones inadecuadas a los problemas pragmáticos de traducción.
  2. Errores culturales: se deben a una decisión inadecuada acerca de la reproducción o adaptación de las convenciones culturales.
  3. Errores lingüísticos: tienen su origen en una traducción inadecuada en caso de que el encargo exija una reproducción fiel a las estructuras de la lengua base.
  4. Errores específicos: se refieren a la solución inadecuada de un problema específico de traducción.

Nord explica además que dependiendo de la finalidad de la traducción, los errores tendrán mayor o menor primacía. En el caso de la traducción en un contexto didáctico, por ejemplo, si con la traducción se pretende determinar el nivel de competencia lingüística de los estudiantes, se le dará entonces mayor importancia a los errores lingüísticos; mientras que si el objetivo es controlar su competencia cultural, los errores culturales serán entonces los de mayor relevancia. 
La autora aclara, sin embargo, que en el enfoque funcionalista “los aspectos pragmáticos, y sobre todo, los de la función textual, tienen primacía sobre cualquier otro aspecto” (Nord, 2018, p. 96) y que por ello son los más graves.
Sobre los errores culturales señala que no impedirán la comprensión del mensaje, pero que la harán más difícil y que en ocasiones pueden perjudicar la funcionalidad del texto meta. 
La noción de error según Anthony Pym
Al analizar el fenómeno del error en traducción, Pym llegó a la conclusión de que resulta algo muy complicado.
errors may be attributed to numerous causes (lack of comprehension, inappropriateness to readership, misuse of time) and located on numerous levels (language, pragmatics, culture), but also because the terms often employed to describe such errors (overtranslation, under-translation, discursive or semantic inadequacy, etc.) lack commonly agreed distinctions or fixed points of reference (Pym, 1992, p. 282).
A partir de su definición de la competencia traductora, Pym nos propone dos clasificaciones de error de traducción: binarios y no binarios.
En el caso de los errores binarios se trata de aquellos en los que se puede establecer claramente lo correcto y lo incorrecto. Los no binarios, en cambio, son aquellos que requieren que el texto de llegada se oponga a otro texto de llegada que se pudiera haber seleccionado, y por lo tanto a posibles respuestas erróneas.  En el caso de los errores binarios se puede identificar lo correcto o lo incorrecto, pero en los no binarios se trata de errores en los que se plantea es correcto, pero…
Pym también se refiere al nivel de atención que se le debe dar en la clase de traducción a uno u otro tipo de error: “Binaryerrorsshould be subjecttoveryquickpunctualcorrection. The time used for the correction of non-binary errors, on the other hand, should extend for as long as significant differences remain” (Pym, 1992, p. 286).
La noción de error según Hurtado Albir
Hurtado, abogando por un enfoque funcionalista, también ofrece su clasificación de error aunque señala que pueden ocurrir cruzamientos entre las categorías, ya que un mismo error puede ser de redacción y también ser un sinsentido o un error de léxico puede deberse a razones pragmáticas.
Hurtado (1995a, 1996b, 1999a, p. 120) presenta una propuesta de tipificación de errores de traducción en un baremo de uso didáctico para la iniciación de la traducción:

Dentro del ámbito de la didáctica de la traducción, la evaluación de traducciones generalmente transcurre teniendo en cuenta el año en el que se encuentren los estudiantes, los objetivos del curso escolar. Las traducciones son el objeto de investigación del profesor, quien pretende potenciar en los estudiantes un análisis comprensible de los errores, así como fomentar las actividades enfocadas a evitarlos. Es por ello que en las clases de traducción predomina el análisis del error sobre la base de la comparación entre el texto de partida y el de llegada. Sin embargo, a causa de que no existe unanimidad entre las clasificaciones de los errores de traducción, cada profesor, universidad o instituto de traducción establece su propia clasificación, que puede o no tener aspectos coincidentes con otras de otros centros de enseñanza.

Conclusiones
La evaluación de traducciones en contextos académicos persigue identificar los avances de los estudiantes en la adquisición de la competencia traductora. Para ello, los profesores aplican actividades evaluativas, que generalmente implican la traducción de un texto. Si bien el análisis de las traducciones contempla también la búsqueda de aciertos, en la evaluación predomina la identificación de los errores de traducción, para los cuales no existe una clasificación unitaria y cada profesor y/o universidad aplica entonces aquella que considere es más adecuada a los objetivos educativos trazados y al programa de estudios que representa.  
Las clasificaciones sobre errores de traducción que han ofrecido distintos autores, aunque algunas tienen aspectos coincidentes, se diferencian entre sí. Cada propuesta es, no obstante, válida. Entonces, dependerá de cada centro formador de traductores aplicar una u otra, o incluso una combinación de varias de estas clasificaciones, siempre que contribuyan a alcanzar los objetivos que se persiguen, y aseguren una evaluación de calidad.

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