Proceso de orientación psicopedagógica y su repercusión en el deporte
Process of psychopedagogical orientation and its impact on sport
Recibido: 06/08/2021 | Aceptado: 16/10/2021 | Publicado: 19/03/2022
Danaysi Alvarez Cobas. Centro Provincial de Medicina Deportiva*.Km. 88 Carretera central. Pinar del Río, Cuba. danaysialvarez@gmail.com.cu ORCID https://orcid.org/0000-0003-0852-9630
Tania Yakelyn Cala Peguero. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saiz Montes de Oca”. Martí #300 final, Pinar del Río, Cuba. taniac@upr.edu.cu. ORCID https://orcid.org/0000-0003-1172-9182
Mayra Ordaz Hernández. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saiz Montes de Oca”. Martí #300 final, Pinar del Río, Cuba. mayra@upr.edu.cu. ORCID http://orcid.org/0000-0003-4729-2197
Resumen:
El tema de la orientación psicopedagógica ha sido ampliamente abordado en la literatura científica. Sin embargo se considera de vital importancia hacer un acercamiento profundo a las particularidades del mismo cuando se hace referencia a los ámbitos deportivos. Esto sienta las bases para analizar los referentes teóricos de la orientación psicopedagógica, marcando un especial énfasis en lo que respecta al tratamiento a atletas de alto rendimiento. Se exponen los resultados de una revisión bibliográfica realizada mediante el uso del método de análisis documental con el objetivo de exponer el origen y bases teóricas de la orientación psicopedagógica, la diversidad de puntos de vista en su conceptualización, así como la carencia encontrada en la literatura de referentes claros sobre el modo de actuación de la figura del entrenador deportivo en el desarrollo de este proceso. Igualmente se determina la pertinencia de la implementación de iniciativas de orientación psicopedagógica en el contexto deportivo actual. Se reconoce que la orientación psicopedagógica, a pesar de no contar con suficientes referentes teórico-metodológicos en el campo deportivo, constituye una alternativa viable en la conducción de un proceso formativo de calidad que tribute a la formación integral de atletas de alto rendimiento.
Palabras clave: orientación psicopedagógica; formación integral
Abstract:
The topic of the psychopedagogical orientation has been broadly approached in the scientific literature. However it is considered of vital importance to make a deep approach to the particularities of the same one when it makes reference to the sport environments. This sits down the bases to analyze the theoretical referents of the psychopedagogical orientation, marking a special emphasis in what concerns to the treatment to high performance athletes. The results of a bibliographical revision are exposed next, carried out by means of the use of the method of documental analysis with the objective of exposing the origin and theoretical bases of the psychopedagogical orientation, the diversity of points of view on it´s conceptualization, as well as the lack found in the literature of clear referents on the way of performance of the sport trainer's figure in the development of this process. Equally the relevancy of the implementation of initiatives of psychopedagogical orientation is determined in the current sport context. It is recognized that the psychopedagogical orientation, in spite of not counting with enough relating theoretical-methodological in the sport field, it constitutes a viable alternative in the conduction of a formative process of quality that pays to the integral formation of high performance athletes
Keywords: psychopedagogical orientation;sport fields; integral formation
Introducción
Aun cuando la mayoría de la investigaciones relacionadas con el deporte se centran en el logro del rendimiento atlético, existe un creciente interés en centrarse, desde diferentes ciencias, en elementos igualmente relevantes para la vida de los atletas, dentro de los que se incluyen la calidad de vida de los deportistas, estudios sobre cohesión grupal, promoción de salud, la atención a la diversidad en el deporte (léase discapacidad, enfoque de género, racialidad) y la formación integral y en valores. En el contexto del deporte escolarizado esta última es de especial significación ya que sienta las bases para la formación educativa y moral de estos atletas.
A lo interno de los centros educativos los atletas se enfrentan a una doble exigencia que les reclama armonizar la práctica deportiva con la actividad docente, lo que ha conducido a que exista una fragmentación entre los agentes encargados de estos procesos, donde cada cual prioriza su área de interés, a saber, el entrenador aumenta los niveles de exigencia físico-táctica, mientras que el docente se focaliza en el proceso enseñanza-aprendizaje sin que exista una visión de trabajo cohesionado e intencionalmente dirigido a la formación integral de un mismo sujeto.
Compaginar los estudios con la práctica deportiva de alto nivel sin el apoyo y acompañamientos apropiados difícilmente tributaría a la formación integral de los estudiantes-atletas podría entorpecer la inclusión armónica de los mismos en el contexto curricular y extracurricular.
Es harto conocido que en la sociedad cubana actual la formación de atletas en las escuelas de iniciación deportiva es un proceso generalmente con énfasis hacia el desarrollo de competencias deportivas, resultando asistemática una concepción integral que potencie al unísono las competencias académicas y personales; lo que demanda, sin dudas, un proceso de acompañamiento, de entrenadores, docentes y asesores psicopedagógicos, intencionalmente dirigido hacia los alumnos-atletas. Según Álvarez y Lázaro (2002); Álvarez (2008) y Álvarez (2012), la implementación de acciones de orientación, tutoría constituyen una herramienta factible para prestar atención personalizada y acompañamiento.
Teniendo esto en cuenta, luego de un minucioso análisis de antecedentes investigativos, se identifica en la orientación psicopedagógica una alternativa viable para el logro de la formación integral de los educandos; motivo por el cual el proceso de orientación psicopedagógica no debe transcurrir de forma espontánea, su estudio e implementación exige que se tengan en cuenta aquellos elementos teóricos que medien como sustento de la práctica; razón que demanda el estudio de referentes teóricos que ilustren iniciativas válidas de intervención.
En el campo educativo la orientación ha sido ampliamente abordada, donde cuenta con un significativo caudal de investigaciones tanto de corte interpretativo como interventivo, sin embargo en lo referente al tratamiento a atletas de alto rendimiento, es escaza la literatura que se encuentra; sobre todo porque el tema de la orientación psicopedagógica en el deporte se ha visto reducida a la búsqueda del logro de objetivos puntuales vinculados casi exclusivamente con la actividad deportiva.
Los estudios consultados sobre orientación psicopedagógica para la formación integral de atletas escolares, juveniles o universitarios son escasos; lo referente a la atención para la facilitación de una adecuada armonización docencia-deporte constituye todavía un área poco sistematizada.
En consonancia con el constante perfeccionamiento al que se somete el sistema educacional cubano, la alta dirección del INDER en el XXVII Seminario Nacional de Preparación del Curso Escolar 2015/2016, estableció una serie de indicaciones a modo de líneas conceptuales o guías para la práctica del desarrollo que deben construirse por todos los colectivos de nuestro sistema deportivo, dentro de los que se destaca la importancia que se le concede al hecho de que en las Escuelas Integrales Deportivas (EIDE) se debe dar atención a la formación pedagógico-deportiva y el aprovechamiento docente de los atletas de base, precisándose la importancia de trabajar en el diseño y perfeccionamiento de los procesos formativos y el cuidado extremo de la formación de los atletas en una cultura de salud física, psíquica y espiritual.
Se comparte lo declarado por Sáez (2007) quien afirma que la preparación del deportista es un proceso pedagógico y como todo proceso de este tipo, su eje fundamental es la dialéctica instrucción-educación. El objetivo más importante de este proceso es lograr el rendimiento atlético. Sin embargo "(…) la búsqueda del rendimiento no presupone el olvido del carácter educativo de la actividad deportiva en tanto hecho pedagógico. Los rasgos y valores positivos de los atletas determinan en gran medida el rendimiento" (p. 104).
Debido a la continua y necesaria innovación, la Pedagogía general ha creado nexos con otras ciencias o disciplinas científicas como la Didáctica, Teoría de la Educación, Metodología de Enseñanza y la Pedagogía del deporte en el entrenamiento deportivo. Esta última surgida a partir del reconocimiento de que la preparación del deportista requiere de una Pedagogía en función de sus características, motivo por el cual la Pedagogía del Deporte se encarga de estudiar los procesos de instrucción y de formación integral de la personalidad del individuo, a través del desarrollo de las capacidades físicas e intelectuales, además de las habilidades motrices básicas y deportivas, influyendo igualmente de manera positiva en la conducta social del individuo de acuerdo a su etapa de desarrollo. (Silva, 2009).
Estas reflexiones indican que el tratamiento al proceso de orientación psicopedagógica en espacios deportivos requiere la introducción de modificaciones, donde los entrenadores y maestros cuenten con la preparación necesaria para llevar a cabo un proceso docente donde no se desatienda el componente educativo en los procesos de entrenamiento deportivo y de la clase respectivamente.
Materiales y métodos.
Con el objetivo de analizar la factibilidad de conducir procesos de orientación psicopedagógica en contextos deportivos para la formación integral de atletas, se ha desarrollado un estudio teórico, empleando como método el análisis documental que permitió la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de información obtenida y socializada por diversos investigadores en distintas fuentes de comunicación de resultados.
Para la realización de este artículo se revisaron un total de 78 obras de autores especializados en el tema de interés, de las cuales el 19,23 % corresponde a los últimos diez años y las restantes (80,76%) constituyen consultas obligadas, pues representan antecedentes históricos, epistemológicos y prácticos en torno al estudio del proceso de orientación psicopedagógica como un todo y especificidades enmarcadas en ámbitos deportivos.
Resultados y discusión.
Orientación. Breve evolución histórica.
Según refiere Bisquerra (1996, citado en Carpio y Guerra, 2007 y posteriormente Parras et al., 2009), la orientación empezó su desarrollo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, surgiendo desde la práctica profesional y laboral e independiente del ámbito educativo. En Estados Unidos sus principales valedores fueron: Parsons, “padre” de la Orientación Vocacional; Davis, que introdujo el primer programa de orientación en la escuela; y Kelly, que utilizó por primera vez el adjetivo educativo referido a la orientación.
Si bien se definió como primer campo de trabajo de la orientación la actividad laboral y profesional, lo relacionado con la orientación profesional; pronto quedó demostrado que ésta debía estar antecedida por la orientación escolar, para lograr del sujeto una “adecuada valoración de sus características y posibilidades de desempeñarse, en la actividad productiva y profesional, y por lo tanto, lograr una adecuada toma de decisión del escolar”. (Arias, 2003, p. 210)
Una rápida mirada a la bibliografía permite identificar que el término orientación es tratado indistintamente como ayuda, relación de ayuda o factor de apoyo, dentro de los autores que avalan este criterio se encuentran Senta (1979), Molina (1998), Calviño (2000), González (2004) y Castellanos (2006). En una tendencia similar se ubican Authieryet al (1977) y Rodríguez (1991) quienes consideran a la orientación como asesoría y guía. Mientras que para autores como Tayler (1978), Álvarez y Bisquerra (1998), Molina (2002), Del Pino y Recarey (2005), Bisquerra (2006) es una alternativa potenciadora del crecimiento personal y del desarrollo humano en el logro de su bienestar, a este criterio también se une Castellanos (2006).
Por su parte Calviño (2000) plantea que la orientación es un factor de apoyo que se presta al orientando, mediante la cual se le proporcionan recursos, como información, para enfrentar situaciones. Mientras que Castellanos (2006) afirma que la orientación es el proceso mediante cual se pretende ayudar a promover el desarrollo del sujeto para que pueda realizar; con la mayor conciencia y eficiencia posible, sus proyecciones y su adecuada integración a la sociedad, garantizándose con ello una plena satisfacción personal.
Para Del Pino y Recarey (2005) orientar es ante todo poner al estudiante en función de aprender, crecer y resolver de forma desarrolladora sus problemas. Es decir, lograr que cada decisión y actuación del alumno estimule el desarrollo de sus motivos, sentimientos y valores más positivos, lo ubique ante un proyecto de vida útil para él y la sociedad donde encuentre el reconocimiento social y la realización personal.
Bisquerra (2006) asume a la orientación como una intervención para lograr unos objetivos determinados enfocados preferentemente hacia la prevención, el desarrollo humano y la intervención social. Álvarez y Bisquerra (1996), expresan que la orientación constituye la suma total de experiencias dirigidas al máximo desarrollo del sujeto en las áreas personal escolar, vocacional y/o profesional, las cuales se funden interactivamente en una concepción holística de la personalidad.
La orientación como relación de ayuda a una o varias personas se ha dado desde el mismo surgimiento del hombre. Las necesidades humanas de sentirse pleno, de planificar el futuro, de guiar la educación hacia un fin, entre otras; están asociadas a la orientación, por la misma esencia social del ser humano. Al respecto se plantea que “puede atribuirse a la orientación su carácter de necesidad individual y social”. (Inocêncio, 2017).
Recientemente González, Alfonso & Rodríguez (2020) consideran que:
La orientación educativa como eje transversal en el proceso de formación consiste en una relación de ayuda, donde no necesariamente el alumno tiene que pedir ayuda. En la dinámica del proceso, dígase en el aula u otro espacio educativo, el profesor puede identificar, a través del diagnóstico, las necesidades de orientación del estudiante para que se dé la relación de ayuda de manera dinámica. (p. 340)
Sin dudas, existe consenso en considerar que la orientación es una relación de ayuda, desarrollada como un proceso de acompañamiento en el que se pretende potenciar los recursos personológicos con los que cuenta el sujeto en el logro del crecimiento personal y el desarrollo humano y puede ser desarrollada en cualquier espacio de la vida de un sujeto, desde ambientes laborales y clínicos, hasta escenarios educativos.
En un análisis en el tiempo, se aprecia una evolución histórica del concepto de orientación, desde una visión limitada y parcializada del mismo, que predomina en los primeros años, hasta un enfoque más amplio, integral y holístico, que toma en cuenta los diversos contextos educativos del sujeto, el cual se concibe de forma integral, que involucra a todos y que asume como funciones primordiales la prevención y el desarrollo de los orientados.
Orientación y escuela. Aproximaciones al concepto de orientación psicopedagógica
En el análisis del origen y bases teóricas de la orientación psicopedagógica llama la atención la diversidad de criterios en cuanto a su definición y la amplitud de su campo de acción. El estudio de referencias bibliográficas permite compartir lo referido por Bisquerra (2008) según el cual el término orientación psicopedagógica ha sido entendido indistintamente como asesoría, coaching, tutoría, counselling, orientación educativa.
En el caso de los marcos escolarizados, la orientación es percibida como un proceso de ayuda y acompañamiento integrado al currículo y por ende con un carácter permanente, donde intervienen los agentes de la orientación en todas las esferas de socialización de los orientados.
El análisis realizado anteriormente tiene sin dudas una repercusión en la forma en que se asume la orientación en el campo de las ciencias de la educación; conviene en este momento analizar cómo diferentes autores han entendido y definido a la orientación psicopedagógica.
Para Boza y cols (2001) la Orientación Psicopedagógica se concibe como
un proceso de ayuda continuo y sistemático, dirigido a todas las personas, en todos sus aspectos, poniendo un énfasis especial en la prevención y el desarrollo (personal, social y de la carrera), que se realiza a lo largo de toda la vida, con la implicación de los diferentes agentes educativos (tutores, orientadores, profesores) y sociales (familia, profesionales y para profesionales). (Parras y cols. 2009, p 8).
Ojalvo (2005) la asume como una de las funciones de los profesores de distintos niveles de enseñanza. Para García (2006) comprende las áreas escolar, vocacional o profesional y personal, mientras que para Pérez et al., (2011) la orientación psicopedagógica constituye un proceso integrado al currículo, de carácter permanente, en el contexto tanto formal como informal.
Precisamente Ordaz (2011) define como funciones de la orientación psicopedagógica, la preventiva y la remedial, considerando la acción de potenciar desarrollo como componente inherente a ambas. Dentro de las preventivas incluye las acciones cuyo principal objetivo es anticiparse a la aparición de acontecimientos o situaciones que puedan ser obstáculo al desarrollo multilateral y armónico de la personalidad, de acuerdo a los rasgos de cada etapa, mientras que las remediales se realizan para promover el afrontamiento a problemáticas diversas que confronten los estudiantes de manera individual o grupal.
Desde el punto de vista práctico se asume una postura humanista hacia la orientación psicopedagógica en el proceso educativo, lo cual no significa que desde el punto de vista psicológico se esté hablando de reducir el alcance del determinismo ambiental en la conducta de una persona, sino que se ubica el énfasis en la capacidad de autorrealización del sujeto, a partir de una posición conceptual holística, integral.
De esta manera y en función del ya mencionado amplio alcance de la orientación psicopedagógica, se considera pertinente dirigir la atención hacia las particularidades que identifican al proceso de orientación en contextos escolares deportivos.
La orientación psicopedagógica en el deporte
Como se ha visto hasta este punto, en el campo educativo la orientación ha sido ampliamente abordada, donde cuenta con un significativo caudal de investigaciones tanto de corte interpretativo como interventivo, sin embargo en lo referente al tratamiento a atletas de alto rendimiento el tema de la orientación psicopedagógica se ha visto reducida a la búsqueda del logro de objetivos puntuales vinculados casi exclusivamente con la actividad deportiva, de manera que es escaza la literatura que se encuentra sobre referentes para la atención al deportista, desde la orientación psicopedagógica, en áreas que competen a su formación integral, como la docencia o la personal.
De hecho los estudios consultados sobre orientación psicopedagógica para la formación integral de atletas escolares, juveniles o universitarios son escasos. De igual manera lo referente a la atención para la facilitación de una adecuada armonización docencia-deporte constituye todavía un área poco sistematizada. En consonancia Pérez (2010) reconoce que la psicopedagogía en el deporte no ha logrado el impacto o el alcance que tiene en otras áreas, situación en la que las propias instituciones han jugado un papel activo. Considera además que el campo deportivo abre nuevas realidades y estrategias de intervención, en términos de dar orientaciones que permitan trabajar la capacidad de autoconcepto de los actores del deporte, la confianza en sí mismos, el respeto por su cuerpo y por tanto el de los otros, aspectos estos que no pueden ser desaprovechados.
Surge entonces una interrogante de vital importancia, ¿quién realiza la orientación psicopedagógica en el deporte? En respuesta a esto refieren Konter (2006, citado en Salman, 2019) y Mallet (2007) que son los entrenadores los encargados de desarrollar tareas que tributen a que el atleta perciba una atención especial y particularizada, en función de desarrollar un adecuado entrenamiento de elementos físicos, técnico-tácticos, psicológicos y de preparación y organización de la vida personal y social de cada atleta; eso sí, todos en función de lograr mejor rendimiento deportivo.
De forma similar Borrego (2009) plantea que en el proceso de orientación, entendido como la acción consciente y organizada para alcanzar el estado deseado, previsto, es el entrenador quien tiene la misión de preparar al equipo deportivo a través del proceso de interacción, que permite transformar y satisfacer necesidades. Por su parte Alonso (2012, 2013 y 2014) reconoce que en el proceso formativo del deportista, la orientación del entrenador a través de la integración y organización de lo psicopedagógico, constituye un elemento clave, aun cuando se reconoce que el entrenador en muchos casos no dispone de todos los recursos para lograrlo.
Como bien se ha defendido hasta este punto los principales agentes de orientación que intervienen en la formación integral de los atletas van a ser los entrenadores deportivos y como se trata de atletas en un contexto escolarizado, deben necesariamente ser incluidos los docentes del colectivo pedagógico, quienes se pretende que guíen este complejo proceso con la asistencia de psicólogos deportivos y especialistas del departamento de psicopedagogía de la escuela.
Como una característica de la orientación educativa señalan Del Pino y García (2014), que esta requiere de una preparación profesional específica de docentes y directivos de la educación, pero tiene su base fundamental en la preparación pedagógica y psicológica general del educador.
Tomando en cuenta los elementos abordados y adecuándonos al contexto objeto de análisis en este trabajo, es oportuno continuar con lo planteado por López (1968) según el cual la necesidad de que los entrenadores igualmente actúen como educadores es planteada por algunos autores desde hace bastante tiempo. Esto implica que el entrenador debe conocer lo que enseña, saberlo enseñar y educar, todo ello de forma integral. Autores como Stockeret al (1983) ven en el entrenador a una figura que debe ayudar a los jugadores a mejorar su formación personal y deportiva. Esta perspectiva es ratificada por diversos autores como Barbiere y Bru (1990), Krause (1994) y Saura (1996). Otros autores como Montiel (1997) ven al entrenador como educador y formador, sobre todo en la base.
Evidentemente en el área deportiva, docentes y entrenadores no son sólo los encargados de la planificación, ejecución, control y evaluación del proceso de enseñanza –aprendizaje, sino que intervienen en el proceso educativo a partir de una función orientadora, desplegada en actividades encaminadas a la ayuda para el autoconocimiento y el crecimiento personal mediante el diagnóstico y la intervención psicopedagógica en interés de la formación integral del individuo.
Queda establecido que el proceso de orientación psicopedagógica debe estar concebido en términos de una labor que transita a lo largo del tiempo por fases que se dirigen hacia un resultado determinado, siendo esencialmente una práctica educativa perfectible, esto es, en constante necesidad de actualización y desarrollo. Así, diversas han sido las tendencias a la hora de establecer las etapas o momentos del proceso de orientación. Para Arias (2003) en la orientación es aconsejable conducir una etapa de estudio, evaluación y diagnóstico. Por su parte Ordaz (2011) propone como las etapas del proceso de orientación psicopedagógica: la caracterización psicopedagógica, el asesoramiento y la evaluación.
A partir de lo encontrado en la literatura y en consonancia con la carencia de referentes teóricos sobre etapas o fases de la orientación en marcos escolares para deportistas, se concluye que el proceso de orientación psicopedagógica a atletas debe transcurrir en tres momentos: caracterización, intervención y evaluación. En función de esto se tiene que la orientación preliminarmente concebida como proceso transcurre en un lapso de etapas que mantienen una coherencia interna y una lógica de trabajo progresivo que transita desde la caracterización, que permite establecer un diagnóstico certero de los atletas, del cual va a depender el carácter de la intervención, hasta el desarrollo de estrategias de evaluación.
La caracterización permite destacar aspectos relevantes de la funcionalidad del alumno en marcos académicos, deportivos y no deportivos; de modo que, en última instancia, proporciona información útil para disponer la dirección de los cambios que han de producirse en el proceso de orientación psicopedagógica. Entonces es importante destacar que la caracterización no supone establecer etiquetas o categorías estáticas de los atletas, sino conducir una actividad que permita, a partir de la adecuada selección de instrumentos y técnicas necesarios, reconocer sus principales fortalezas y limitaciones de manera que se pueda desarrollar un trabajo atemperado a sus necesidades.
Se considera necesario señalar que la caracterización conduce inevitablemente a establecer un diagnóstico, a partir de lo cual, se comparte lo establecido por Cardona (2002) quien reconoce que el diagnóstico psicopedagógico no se dirige únicamente a señalar dificultades o problemas (necesidades), por el contrario, sirve además, para determinar potencialidades, tanto de los escolares como de los diferentes entornos donde se desenvuelve, es decir, la escuela, la familia y la comunidad, que permiten elaborar respuestas psicopedagógicas que satisfagan las necesidades y las potencialidades de cada escolar. Mientras que en la intervención se propone la planificación y ejecución de las diferentes acciones estratégicas encaminadas al logro de los objetivos de la orientación psicopedagógica.
La evaluación permite valorar la pertinencia y los resultados obtenidos con las acciones implementadas, a partir de la retroalimentación constante entre los agentes de la orientación, que van a tributar al perfeccionamiento de este proceso; además de que prevé el desarrollo de estrategias de seguimiento, que le aportan actualización y continuidad a las estrategias de intervención diseñadas.
Para lograr mayor claridad respecto al campo de acción de la orientación psicopedagógica en el deporte, se toman como punto de partida en este trabajo las cuatro áreas de la orientación psicopedagógica en la universidad propuestas por Ordaz (2011) por su posibilidad de generalización hacia otros espacios educativos: orientación hacia el aprendizaje, orientación profesional, orientación personal y orientación social; en este caso una escuela de iniciación deportiva. Lo mencionado anteriormente unido al estudio de otros referentes teóricos consultados permite establecer las áreas de la orientación psicopedagógica en el deporte y por tanto se asumen como los ejes de trabajo fundamental por parte de los orientadores para la formación integral de los atletas las esferas de: lo deportivo, la docencia y lo personal.
A partir de la amplia producción en la literatura especializada sobre el contenido de las esferas o áreas de la orientación psicopedagógica y manteniendo un carácter flexible, se proponen una serie de elementos a trabajar en cada una de ellas. La orientación en el deporte busca esencialmente ayudar al atleta a conciliar sus metas con sus condiciones para el logro de las mismas, de modo que igualmente se trabaja la anticipación a la aparición de situaciones conflictivas que puedan surgir en su desarrollo como atleta. En la orientación para la docencia se propone la conducción y asesoramiento del alumno, en la institución escolar, con vistas a lograr su adaptación a las exigencias que ésta presenta, y a que alcance niveles de aprovechamiento académico en función de sus capacidades. También permite preparar al estudiante para su elección profesional o tránsito a otro nivel de estudios, acorde a sus intereses y aptitudes. Se entiende a la orientación personal como la modalidad más amplia, ya que se propone el crecimiento y maduración de la personalidad del orientado y de su capacidad para regular de forma consciente y efectiva su comportamiento en diferentes ámbitos.
Conclusiones
La orientación ha tenido una evolución histórica y teórica caracterizada en lo fundamental por su inclusión en diversas esferas de la sociedad, donde se destaca la búsqueda de la potenciación del carácter activo del sujeto o los sujetos de la orientación.
La producción científica encontrada sobre el proceso de orientación psicopedagógica para la formación a los atletas es escaza, sin embargo, el ámbito deportivo no ha escapado a la necesidad de incluir a este proceso como potenciador de la formación integral de los mismos.
Los referentes bibliográficos conducen a afirmar que la orientación psicopedagógica a atletas debe estar fundamentada en el carácter preventivo y consciente de la orientación, unido a la necesidad de promover el desarrollo individual del atleta.
El presente trabajo contribuye a la resignificación del proceso formativo de los estudiantes-atletas, toda vez que, a partir del reconocimiento de la orientación psicopedagógica como herramienta para perfeccionar el trabajo en escuelas deportivas, aporta una visión teórica de los elementos que deben fundamentar un proceso de orientación intencionado hacia la formación integral.
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