Editorial

Autores/as

  • Justo Alberto Chávez Rodríguez Proyecto institucional: “Gestión científica en el desarrollo educativo local y comunitario” DME La Lisa

Resumen

En homenaje póstumo al Dr. Chávez, publicamos en esta editorial un mensaje, que el profesor, elaboró en vida, porque como siempre consideró que todo buen educador tenía que distinguirse en primer orden por el Arte de enseñar, es por ello que dejamos a su consideración estas reflexiones que realizó.

Carta al educador cubano

Quisiera, que una vez más, nos detuviéramos a reflexionar sobre algunos aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje que usted dirige diariamente, en todas las actividades que realiza con sus alumnos.

No pretendo importunarle con una plática más sobre las complejas categorías pedagógicas, ni con los complicados procesos que deben ocurrir en la mente del educando cuando están ocupados  en el acto de  aprender.

Estoy convencido que usted conoce bien, por sus estudios, las teorías pedagógicas y psicológicas adecuadas y que su práctica diaria, como maestro, le ha enseñado más que mil Universidades, y además, estoy persuadido, que sabe perfectamente bien, que a su nivel profesional, solo el auto- estudio puede satisfacer las crecientes demandas de conocimientos y de experiencias necesarias para perfeccionar constantemente su trabajo docente, que siente como el más delicado y responsable de cuantos el hombre pueda realizar.

Por eso, le reitero, que solo pretendo ahora que reflexionemos juntos.

La educación en nuestro país –quién no lo sabe- es una obra de incalculable dimensión humana; es uno de los logros más preciosos de nuestra Revolución, y como tal, debemos cuidar celosamente y perfeccionar cada día.

La insatisfacción legítima con lo que hacemos y con la calidad de los resultados que se obtienen es el único remedio eficaz para –mediante la búsqueda constante de nuevas soluciones- alcanzar la altura a que aspiramos en esa importante y decisiva esfera del progreso social.

Al impartir las clases, en toda su complejidad de objetivos, siempre debe tener presente, cómo vincular los conocimientos y las habilidades, tanto, con la vida que rodea al alumno, con aquello que le es familiar, como, y esto es algo muy importante, y que a ratos se olvida un poco, con la vida interior de ese sujeto que aprende, que se mueve ante sus ojos, que responde a las preguntas, que sonríe, pero que siente sus propias experiencias y necesidades.

Si logra esa difícil y necesaria comunión de intereses, seguramente no sentirá pena al leer el poema, recientemente publicado, en que su joven autora refleja crudamente las vivencias de su paso por las aulas y que expresa:

Pero los maestros, qué sabían de nubes y nubes:

Tanta Botánica,

Y eran ciegos al árbol que afuera desparramaba

sus frutos;

tanta literatura

Y eran sordos al griterío que producen los sueños.

Yo no perdono a los maestros detenidos

Allí,

Delante del pizarrón.

Por supuesto, que no es usted de los que se detienen en una clase en un punto muerto, ya que siempre va más allá, haciendo a los alumnos cómplices del proceso de enseñanza que ha diseñado.

Bien sabemos que desenvolver la motividad docente no es cosa fácil y que requiere, no solo de una sólida preparación pedagógica y metodológica, sino también de la fineza necesaria, del sentido humano (Arte) del acto de enseñanza, que no es más que llenar el vacío que le faltaba al maestro de la autora del fragmento del poema antes mencionado.

Entre todos los objetivos que se proponen en las clases o en las otras actividades docentes que organice, debe tener como propósito esencial contribuir eficazmente al desarrollo de la inteligencia de los educandos, así como, unido a este, la educación de los valores positivos sociales que requiere el hombre cubano que queremos formar.

La inteligencia es como expresara Martí (…) el germen escondido del bienestar de un país (…). Es necesario, por tanto, descubrir en los alumnos sus potencialidades y además, desarrollarlas.

Esa es una responsabilidad del educador, por eso, quiero insistir en ese particular y recordarles que Fidel, recreando el pensamiento martiano afirmó al respecto: (…) Aunque nuestro país sea un país pequeño que no posee recursos energéticos importantes, tenemos la inteligencia de nuestro pueblo (...)

Sabemos que esa inteligencia no siempre se aprovecha, que de la capacidad del cerebro se emplea muy poco, pero la solución ante este desperdicio del valioso recurso está, según Fidel en el desarrollo de la Pedagogía como ciencia, pues (…) si esta ciencia se impulsa, el porcentaje de aprovechamiento de la materia gris, que cada ser humano tiene en la cabeza se va a incrementar también (…)

Creo que estas observaciones, te llevarán a meditar en cómo hacer que tu actividad docente responda realmente a las necesidades de nuestro tiempo.

La pedagogía como ciencia se desarrolla a partir de las investigaciones científicas, pero también, y muy especialmente en la práctica pedagógica de avanzada, que cada educador realiza día a día en sus aulas; por supuesto que usted tiene que conocer los resultados de dichas investigaciones para tener así mayor perspectiva a la hora de proyectar su trabajo docente con sentido creador.

No creo que sería ocioso recordar la necesidad de enfrentar la educación integral del alumno de manera que no responda a un esquema preconcebido, como, a veces, se ha querido ver, pues no debe quedar solo como una fórmula a enunciar, pero alejada de la práctica diaria escolar.

Para poder propiciar adecuadamente esa educación compleja, resulta imprescindible que revise el modelo de comunicación que se crea en las clases con los alumnos. Solo receptores del mensaje educativo, contentándose de vez en vez en recibir de ellos las respuestas esteriotipadas a sus preguntas, o estableciendo en sus clases un modelo de comunicación verdaderamente participativo, en que el diálogo resulte el medio idóneo de la comunicación y esto permite que el alumno responda a las problemáticas planteadas; mirando a la vida que le rodea y a su riqueza interior. Es decir, se le da participación en el proceso de su propio aprendizaje, lo invito a construir su propia vida, si esto no es así, pocos están en condiciones de desarrollar la creatividad en los alumnos.

Hay otro elemento al que quisiera referirme.

El niño es por naturaleza creador y se realiza y desarrolla como persona a través de su propia acción. Nada más natural en el educando que expresar sus sentimientos, deseos, preferencias y hasta sus fantasías e inventos.

Ese es precisamente el secreto que muchos educadores nunca llegan a descubrir, porque viven convencidos que la acción educativa depende más de ellos que de los propios alumnos.

Usted como educador tiene que poner todo su empeño en preparar bien sus clases y atender a las problemáticas, que sin estar en el programa, se le dan en el aula y que no las puede dejar pasar. Por lo tanto, defienda su clase, porque ese es su espacio y no deje que nadie se proponga que usted debía de haber hecho otra cosa. Ese es su espacio y si lo abandona o lo descuida, suya será la responsabilidad.

Esperamos que estas ideas le permitan avanzar con seguridad en el problema serio pero agradable y muy humano que representa el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Un saludo cordial,

Dr. C. Justo A. Chávez Rodríguez

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Biografía del autor/a

Justo Alberto Chávez Rodríguez, Proyecto institucional: “Gestión científica en el desarrollo educativo local y comunitario” DME La Lisa

Dr. Ciencias Pedagógicas. Investigador Titular del Instituto Central de Ciencia Pedagógicas.

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Publicado

2020-12-19

Cómo citar

Chávez Rodríguez, J. A. (2020). Editorial. Horizonte Pedagógico, 9(4), 2–3. Recuperado a partir de //horizontepedagogico.cu/index.php/hop/article/view/163

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